Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Corintios 10, 3-13

3 Pues aunque vivimos en la carne no combatimos según la carne.

4 ¡No!, las armas de nuestro combate no son carnales, antes bien, para
la causa de Dios, son capaces de arrasar fortalezas. Deshacemos sofismas

5 y toda altanería que se subleva contra el conocimiento de Dios y
reducimos a cautiverio todo entendimiento para obediencia de Cristo.

6 Y estamos dispuestos a castigar toda desobediencia cuando vuestra
obediencia sea perfecta.

7 ¡Mirad cara a cara! Si alguien cree ser de Cristo, considere una vez
más dentro de sí mismo esto: si él es de Cristo, también lo somos nosotros.

8 Y aun cuando me gloriara excediéndome algo, respecto de ese poder
nuestro que el Señor nos dio para edificación vuestra y no para ruina, no me
avergonzaría.

9 Pues no quiero aparecer como que os atemorizo con mis cartas.

10 Porque se dice que las cartas son severas y fuertes, mientras que la
presencia del cuerpo es pobre y la palabra despreciable.


11 Piense ese tal que lo que somos a distancia y de palabra por carta,
lo seremos también de cerca y de obra.

12 Ciertamente no osamos igualarnos ni compararnos a algunos que se
recomiendan a sí mismos. Midiéndose a sí mismos según su opinión y
comparándose consigo mismos, obran sin sentido.

13 Nosotros, en cambio, no nos gloriaremos desmesuradamente; antes
bien, nos mediremos a nosotros mismos por la norma que Dios mismo nos
ha asignado como medida al hacernos llegar también hasta vosotros.